El Ajo Negro
Los beneficios que aporta el ajo para la salud son ya de sobra conocidos por todos. Su protagonismo dentro del mundo de la medicina natural va constantemente en “crescendo”, ya sea debido a nuevos estudios publicados acerca de su poder como antioxidante, bien por su gran capacidad para bajar la presión arterial de forma gradual, por su potente efecto antiagregante, muy útil en casos de riesgo de trombosis o en diferentes afectaciones del corazón, bien por su función como bactericida natural y un extenso etcétera que no acabaríamos en muchas páginas más.
Así podríamos estar hablando largo y tendido acerca de esta planta tan especial, pero su mayor inconveniente surge para muchos a la hora de consumirlo, ya que puede resultar de digestión pesada, produciendo ardor de estómago o reflujo gástrico.
Además, a dosis no muy altas, cambia el olor corporal, lo que resulta algo incómodo y poco adecuado hoy en día desde un punto de vista sociocultural.
Es por esta razón que se vuelve complicado introducirlo como complemento diario y menos si recomendamos que se tome crudo, ya que así es como mejor conserva sus propiedades, pero por el contrario aún resulta más indigesto y su sabor repite posteriormente con frecuencia.
Por todo ello el ajo negro se presenta como una gran alternativa, pues no sólo es mucho más suave y elimina todos los inconvenientes mencionados, sino que además supera con creces las bondades del ajo común.