Gimnasia ocular para ver mejor , Método Bates

Gimnasia ocular para ver mejor , Método Bates

El Dr. William Bates pasó años estudiando los problemas de la visión. Asistió y se graduó de la Universidad Cornell, y se convirtió en un profesor y en un investigador de oftalmología en el área de Nueva York.

El Método Bates fue desarrollado para ayudar a los niños en edad escolar a absorber mayor conocimiento sin tensionar sus ojos.

Aunque era médico, el doctor Bates no proponía ni cura ni tratamiento, sino un proceso educativo para prevenir y mejorar la presbicia, la miopía, el astigmatismo, la hipermetropía, el estrabismo, tanto en los niños como en los adultos sin necesidad de tener que recurrir a las gafas.

Se dio cuenta de que nuestra vista está influenciada por la forma en que usamos nuestros ojos. También constató que la vista cambia en función del estado físico y emocional de la persona.

Los defectos de visión se pueden corregir atacando sus causas: eliminar la materia tóxica de la sangre, fortalecer los músculos oculares y posibilitar que los órganos de la visión funcionen de forma saludable en un buen organismo.

Tal es la premisa de la gimnasia y el naturismo ocular de Bates y otros expertos, quienes consideran a los ojos como parte integral del cuerpo, en vez de un órgano independiente, que están muy relacionados con el aspecto sicológico de la persona.

Según Bates, la tensión sufrida por los músculos externos del ojo produce un mal funcionamiento que cambia la forma del globo ocular, interfiriendo la visión.

Lo que Bates descubrió, en conflicto con las teorías vigentes, fue que la mayoría de los problemas oculares pueden curarse al eliminar sus causas subyacentes y que pueden recuperar su salud, a menos que los afecte un mal degenerativo.

Según este enfoque alternativo, los lentes permiten una vuelta instantánea de la visión clara, pero brindan un alivio temporal, al no eliminar la causa del problema y requerir gafas cada vez más potentes.

El oftalmólogo neoyorkino basó su método en la necesidad de reeducar los músculos oculares externos mediante una serie de ejercicios que les devuelvan su estado saludable.

Cuando se consigue esto, vuelve la visión clara. Se necesita tiempo pero se ha eliminado la causa del defecto ocular y una vez que la persona a reeducado sus ojos puede gozar de una visión clara hasta la vejez sin utilizar gafas.


Sus principios se aplican independientemente de la edad y se dan resultados favorables en problemas como la miopía, el estrabismo, el astigmatismo, la hipermetropía y la presbicia.

Fuera la tensión

Para Bates la causa de casi todos los defectos visuales es la tensión mental, que se refleja en los ojos, sus músculos y nervios. Por lo tanto la clave de su método es la relajación. «Todo lo que descanse la mente beneficia los ojos», afirma.

En Estados Unidos una clínica aplica sus principios, y en distintos países trabajan sus seguidores quienes han ido ampliando su método y proponen una serie de prácticas sencillas para mejorar la visión, eliminado la tensión ocasionada por ciertos hábitos visuales: «Ante todo, relajación. Si ya usa gafas, puede pasar una hora al día sin ellas para que los músculos del ojo puedan ajustarse, y al relajarse se vayan normalizando.

«Siéntese frente a un cuadro o calendario con números y cierre suavemente los ojos un momento. Cúbralos ligeramente con las palmas de las manos sin hacer presión. Piense en la relajación, déjese ir, mueva un poco la cabeza de un lado a otro. Abra los ojos y parpadee: verá el cuadro o el calendario con mayor brillo y claridad.

Las virtudes del parpadeo

El abrir y cerrar los ojos, ayuda a mantenerlos húmedos, permitiendo una mejor lubricación. Aprenda a parpadear mientras utiliza los ojos, cerrando y abriendo los párpados con un movimiento casi imperceptible, un aleteo. Hágalo mientras lee, habla, mira por la ventanilla del autobús o tren o cuando ve una película o la televisión.

Los secretos del palmeado

Para relajar los ojos y la mente, siéntese lo más cómodo posible. Cierre los ojos y cúbralos con las manos, sin presionarlos pero tapando toda la luz.

Trate de imaginar que la negrura se vuelve más y más oscura, sin detenerse en la condición de los ojos ni pensar en algo que lo distraiga, dejando que la mente tenga pensamientos ligeramente agradables. Si se efectúa esta gimnasia, que descansa y relaja los ojos, de cinco a 30 minutos, dos o tres veces al día, con el tiempo se consigue mejorar la vista.

Relaje la musculatura del cuello

Para relajar los vasos sanguíneos y nervios, que interconectan el cerebro, los ojos y distintas partes del cuerpo, se pueden efectuar dos ejercicios: rotar la cabeza en círculo, manteniendo quieto el cuerpo, 12 veces; o dejar caer la cabeza lo más posible sobre el pecho, manteniendo el cuello relajado, después elevarla y dejarla caer sobre los hombros y la espalda, repitiendo el movimiento 12 veces. Ambos ejercicios pueden hacerse por la mañana y la noche.

Las claves de la buena lectura

Para leer conviene sentarse en una posición relajada y erguida, con la cabeza ligeramente levantada y el libro o revista a 35 ó 40 centímetros de los ojos, parpadeando una o dos veces por cada línea. La luz debe ser adecuada y su fuente debe ubicarse a un lado y detrás. En el campo de visión no debe haber reflejos de luz o lámparas encendidas. No lea si está enfermo o cansado.

Aproveche la luz del sol

La luz solar es importante para los ojos, siempre que se emplee con moderación, ya que requieren unas siete u ocho horas diarias de oscuridad, pero trabajan mejor cuando alternan entre una buena oscuridad y una luz brillante.

Hay que dar a los ojos un baño de luz solar de cinco minutos siempre que se pueda, manteniendo los ojos cerrados y dejando que el sol caiga sobre los párpados, girando la cabeza a ambos lados para que los rayos solares penetren en todas las partes del ojo.

Ejercite el cristalino

Para estimular el músculo ciliar, que interviene en la focalización actuando sobre el cristalino, hay que mirar un objeto lejano y enfocarlo cada pocos minutos, o mantener el pulgar a unos 15 centímetros de los ojos, enfocando la uña, mirando después a lo lejos y volviendo a enfocar la uña.

Al conducir o mientras telefonea, enfoque sucesivamente diferentes objetos o lugares. Sus músculos focalizadores se volverán más flexibles y fuertes.

Estimule la movilidad

La habilidad para coordinar el movimiento de los músculos que permiten que los ojos se muevan arriba y abajo, a izquierda y derecha, dentro y afuera, siempre paralelos uno con el otro, determina gran parte de la forma visual.

Un ejercicio útil para mantenerlos en forma y ejercitar los movimientos necesarios para leer correctamente, consiste en cruzar los ojos, intentar mirar el puente de la nariz o si no enfocar el pulgar a unos centímetros de la cara, acercándolo poco a poco hacia la nariz, mientras siente estirarse los músculos del ojo. Practique esta gimnasia entre 10 y 20 veces al día.

Fuente