Estudios recientes sobre la relación entre las emociones y el sistema inmunitario refuerzan la idea de que factores psicológicos negativos pueden aumentar la vulneralidad del organismo, bajando las defensas y, por tanto, precipitando o agravando la aparición de una enfermedad.

Flor bach

Edward Bach definía la enfermedad como un desequilibrio mental o emocional que se produce en el campo energético del ser vivo. Si este desequilibrio continúa por cierto tiempo sin tratamiento, se produce la enfermedad en el cuerpo físico.

Investigó entre los años 1928 y 1936 las propiedades de 38 flores de la campiña inglesa aplicables a distintos problemas emocionales , así , estableció las flores en varios grupos en función de los procesos generales que trataban:

* Temor: heliantemo, mímulo, cerasifera, álamo temblón, castaño rojo.
* Incertidumbre: ceratostigma, scleranthus, genciana, aulaga, hojarazo, avena.

* Falta de interés: clematis, madreselva, rosa canina, olivo, castaño blanco, mostaza, brote de castaño.
* Soledad: violeta de agua, impatiens, brezo.

* Sensibilidad a influencias externas: agrimonia, centaura, nogal, acebo.
* Desaliento o desesperación: alerce, pino, olmo, castaño dulce, estrella de Belén, sauce, roble, manzano.

* Culpa y preocupación por los demás : achicoria, verbena, vid, haya, agua de roca.

“La verdadera salud es felicidad, una felicidad muy fácil de seguir porque es la felicidad de las cosas pequeñas; hacer las cosas que realmente nos gusta hacer, estar con las personas que realmente nos agradan.” Libérese usted mismo, 1932

-Dr.Edward Bach-

“Si seguimos nuestros instintos, nuestros deseos, nuestros pensamientos, nuestras apetencias, no deberíamos conocer otra cosa que alegría y felicidad” Libérese usted mismo, 1932

“Nuestra visión de la vida depende de lo cerca que se encuentre la personalidad del alma. Cuanto más íntima sea la unión, mayor será la armonía y la paz y más claramente brillará la luz de la Verdad y la radiante felicidad” Cúrese usted mismo, 1931

Mercedes Martín Sánchez

Naturópata