El té verde es una de las bebidas más saludables que nos ofrece la naturaleza. Para entender que es lo que lo hace tan especial necesitamos conocer su origen, así como el procesamiento de la planta del té en general.

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Por tanto, primeramente hemos de decir que todos los tipos de té proceden de la misma planta, la llamada Camellia Sinensis, la cual es de hoja perenne y sus flores son de color blanco puro.

Existen cerca de 50 especies diferentes de té, todas ellas distribuidas en 50 países distintos, siendo China el líder que encabeza la lista; sin embargo el té de más calidad nace en Japón.

Los tés más prestigiados son los procedentes de la yema terminal o pekoe; específicamente el Gyokuro, que significa gotas de rocío como joyas o rocío de jade, es uno de los tés japoneses de más alta gama, formado a partir de los primeros brotes más tiernos y delicados que salen en la época del mes de mayo.

Las plantas de cultivo de este té incluso se cubren para resguardar sus hojas de las inclemencias del tiempo y evitar así exponerlas a los rayos directos del sol. Por todo ello es de los tés más valorados y de los que poseen un precio más elevado.

Las diferentes formas de procesamiento del té es el detalle más importante a tener en cuenta para marcar su grado de calidad, este proceso consiste en lo siguiente:

En el mismo momento en que cortamos las hojas de la Camelia Sinensis, éstas ya comienzan a oxidarse y a fermentar, detalle que repercute negativamente tanto en su color como en su sabor.

Por esta razón inmediatamente después de recolectar las hojas, éstas son esterilizadas calentándolas varios minutos al vapor. En algunos casos también se tuestan o bien se asan, así evitaremos al máximo la probabilidad de fermentación.

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Finalmente se enrollan y se secan. Como resultado, la mayoría de los tés verdes tienden a tener un color brillante vivo que distingue su grado de pureza.

El té verde, negro y oolong o azul se refieren simplemente al método usado para procesar las hojas de la planta originaria, pero en realidad estamos hablando del mismo té.

Por tanto, según el tratamiento que se le dé al té, obtendremos los siguientes subtipos:

El té verde, es el único té que no padece ningún tipo de fermentación. Por ello resulta de sabor más astringente, posee muy poca teína, es diurético y un potente antioxidante natural.

Le sigue el té oolong, con un punto medio de fermentación. Su sabor resulta más intenso que el té verde, pero aún más delicado que el té negro. En realidad nos encontramos a camino entre los dos tipos de té.

Por su lado el té negro, ya fermentado, lo que le confiere más teína y más cuerpo. De sabor fuerte y el más aromático de todos los tés.

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Así mismo el té rojo es un té post fermentado. Es apreciado por su propiedad quema-grasa, ideal como complemento para hacer dietas. Además se le atribuyen propiedades para reducir el colesterol tipo LDL. Su gusto es distintivo y nada tiene que ver con los anteriores, pues tiene un toque terroso que lo hace muy atractivo.

Y por último tenemos el té blanco, se cosecha únicamente en primavera y está formado sólo de los brotes más frescos y blanquecinos que todavía no han adquirido el color verde típico de la planta.

Se le atribuyen propiedades iluminadoras de la piel y del cabello, por ello se le llama el té de la belleza.

Dentro del abanico de toda la variedad, el té verde más rico en nutrientes es el té Matcha; un tipo de té japonés que procede de los brotes más jóvenes de la planta y tiene un proceso de recolección similar al té Gyokuro.

La distinción es que en este caso a las hojas se les extrae el nervio y posteriormente se pulverizan mediante un molino de piedra hasta convertirlo plenamente en polvo, sin pasar por fermentación alguna, sencillamente es vaporizado y nunca asado ni frito.

Como resultado tenemos un té que retiene al máximo todos los nutrientes que concentra la hoja de té al completo y pierde el sabor amargo propio del té verde, que es indicativo del comienzo de su oxidación. En definitiva se trata de un té de altísima calidad que en Japón se consume a modo de ceremonia tradicional.

Visualmente se distingue por su intenso color verde claro y porque se comercializa en latitas de unos 40 gr.

La virtud del té verde en general se debe a que sus hojas frescas son ricas en polifenoles, una de las sustancias antioxidantes más potentes. Dichos polifenoles pueden constituir hasta un 30% del peso de la hoja seca.

Por lo tanto, cuando tomamos una taza de té, realmente estamos tomando una solución de polifenoles. La hoja fresca, sin fermentar, presenta los polifenoles en forma de catequinas.

El galato de epigalocatequina (EGCG) es la variedad de catequina más ponderosa y es la que concentra el té fresco no fermentado, que por ejemplo es el caso del té Matcha.

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De hecho, un estudio indica que el EGCG es de 25 a 100 veces más efectivo que las vitaminas C y E, conocidas como antiaging. Este estudio también demuestra que tan solo una taza de este té tiene efectos antioxidantes aún mayores que una porción de brócoli, espinaca, zanahorias o fresas.

El té Matcha orgánico puede recibir 100 veces más cantidad de EGCG que el que proporciona un té verde convencional. Por ello resulta tan beneficioso para proteger el organismo de los radicales libres que nos oxidan cada día.

De esta manera proporcionamos al mismo tiempo ayuda al sistema inmunológico, así como al sistema cardiovascular.

Además de todo esto, las catequinas, específicamente las EGCG, han sido estudiadas en las últimas décadas por su potencial habilidad para:

 * Luchar contra los signos del envejecimiento.
* Ayudar a una correcta digestión.
* Promover la salud del cerebro y del hígado.

 * Colaborar en el mantenimiento de unas encías saludables.

 * Por último hemos de decir que el té Matcha resulta además muy versátil en la cocina.

No sólo puedes disfrutar de un magnífico té espumoso fruto de una bonita ceremonia tradicional alrededor de una mesa amistosa; sino que también puedes realizar un sinfín de recetas tanto dulces como saladas: granizados, helados, tartas, pasteles, galletas…

Listo entonces para poner a prueba el poder de tu imaginación a la vez que disfrutarás de sus valiosas propiedades de mil maneras ricas y diferentes.

Belén GARCÍA LÓPEZ
Diplomada en Fisioterapia
Postgrado en Neurología
Graduada en Naturopatía
Homeópata
Nutricionista Experta en Macrobiótica

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