AlzheimerSi ya de por si, la labor de cuidado y atención de un paciente es una tarea que puede llegar a ser agotadora, cuando se cuida a una persona con alzhéimer lo es mucho más, y si a eso se le añade que es un familiar, la carga emocional puede llegar a ser enorme.

Si al agotamiento se le une la preocupación, va a llevar al cuidador a una situación de estrés continuado, que va a traer consigo problemas para conciliar el sueño, alteraciones en el peso, fatiga e irritabilidad entre otras, y que a medio y largo plazo va a facilitar la aparición de enfermedades psicosomáticas.

Una de las mayores dificultades a las que se encuentra un cuidador suele ser su propia falta de cuidado, con tendencia a desatenderse socialmente y hasta personalmente, por dedicar todas las horas a estar  con el familiar que padece Alzheimer.

A diferencia del cuidador profesional, que cuando acaba su jornada de trabajo, se va “tranquilamente” a su casa, cuando se trata de  un familiar enfermo no se da esa “desconexión”.

Además de la propia preocupación por el paciente, el resto de familiares le presionan para que “no le pierda de vista”, en vez de  animarle para que se despeje, y poder así ofrecer una mejor atención.

El cuidador no profesional, además le queda el pesar constante de no saber si aquello que hace sirve para algo, conociendo que el Alzheimer es una enfermedad que va progresivamente deteriorando la salud física y mental del familiar.

manosDe ahí que en los últimos años se estén creando programas para cuidar al cuidador del Alzheimer, con la invención de informar y formar a los cuidadores sobre cómo realizar su labor sin poner en riesgo su propia salud.

En un reciente estudio se indica del incremento de los casos debidos a cuestiones emocionales como trastornos de depresión mayor, o trastornos de ansiedad, entre otros, pero también se producen casos de “aislamiento social” con perdida de amistades, lo que va a dificultar si cabe que el cuidador tenga una “vía de escape”.

Además de lo anterior, y es algo en lo que escasamente se trabaja desde las asociaciones de apoyo al cuidador, es preciso “reeducar” tanto al cuidador como a sus familiares sobre el sentimiento de culpa, ya que es este el que va a generar grandes tensiones familiares y en definitiva va a impedir que el cuidador se separe del paciente con Alzheimer.

La culpa “auto impuesta”, recordada constantemente por sus familiares, va a llevar al cuidador a no tener “tiempo libre” y si en algún momento lo tiene, sentirse mal por ello.

alzheimer cuidadorDe ahí que los nuevos estudios estén concediendo gran importancia a la calidad mas que a la cantidad de la asistencia que recibe un paciente con Alzheimer, donde progresivamente va a ir sufriendo el deterioro de sus habilidades. cognitivas y físicas.

Ejercicios al aire y al sol, son lo mínimo que se recomienda, además de caminar; es decir’ no hay que perder de vista la salud del cuidador, permitiéndole que tenga sus momentos de esparcimiento, para practicar un hobby o salir con los amigos ; todo lo cual no solo no va a tener ningún efecto negativo sobre el paciente, sino todo lo contrario, ya que el cuidador se sentirá renovado en sus fuerzas y asumirá su labor con mayor entereza.

El incremento del número de casos de Alzheimer en los últimos años ha dejado al descubierto una realidad que hasta ahora no se le prestaba demasiada atención, la de los cuidadores, y las consecuencias que sobre ésta tiene esa atención constante y continua al paciente, que normalmente es un familiar próximo.

Bibliografía Recomendada: Hazif-Thomas, C. et al. (2013). Family caregivers of demented elderly people and access to medical care: Who gets worn out, why and what for?. Open Journal of Psychiatry.

Sánchez-Herrera, B y cols. (2013). Carga del cuidado de la enfermedad crónica no transmisible. Aquichan

Fuente Alzheimeruniversal.eu