En la época de principios del s. XX, en el valle de La Vansa y Tuixent , la vida era mayormente agricola, y su población numerosa. Debido a la falta de recursos, a una serie de personas se les ocurrió que podrían llevar sus remedios ancestrales fuera del valle.
Estas personas, eran mujeres que salían en viajes que duraban semanas, dejando a sus familias. Iban cargadas de hierbas medicinales cuyas propiedades conocían gracias a una sabiduría adquirida generación tras generación y por su relación con la naturaleza inhóspita que les rodeaba.
Cada grupo de mujeres tenían su clientela y cada casa que visitaban, les obsequiaban con comida y estancia. Sus remedios estaban hecho a base de la recolección de la botánica silvestre: Té de roca, salvia, muérdago, serpilo, hisopo, oreja de oso, manzanilla silvestre, aceite de abeto y de enebro, y por supuesto, la trementina, que ha dado nombre a esta actividad fruto de la necesidad pero también de la imaginación.
Las trementinaires trabajaban todo el año, además de la casa, los niños, el huerto, entre viaje y viaje cortaban las ramas de los árboles y recogían las plantas útiles para sus remedios, las ataban formando pequeños fajos y las colgaban de las vigas debajo del tejado de la casa para que se secaran, después las metían en bolsas de tela y las colgaban en la sombra preparadas ya para su uso, elaboraban sus remedios: Ungüentos extrayendo en forma líquida las propiedades curativas de la planta y añadiendo grasas o ceras para obtener una sustancia de consistencia parecida a la pomada que facilitaba su aplicación directamente sobre la zona afectada de la persona o animal.
Aceites con propiedades que obtenían al poner en un bote la hierba o producto adecuado rellenándolo de aceite generalmente de oliva y dejándolo el tiempo necesario.
Las trementinaires, emprendian viaje una o dos veces al año. Las salidas eran en otoño, después de la matanza del cerdo, para regresar en Navidad, y después volvian a salir para regresar en primavera.
Las rutas eran los pasos y caminos de la transhumancia de ganado, y su dirección los 4 puntos cardinales…siempre acabando en zonas de costa, Aragón y sur de Francia.
Este documental es un viaje a la búsqueda de las últimas trementinaires, -el último viaje lo hicieron en 1982-.
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Hay un museo dedicado a ellas en Lleida, me gustaría mucho visitarlo, pero por desgracia estoy un poco lejos.
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