En 1975 un grupo de investigadores de la Academia de Ciencias de los Estados Unidos afirmó que la quinoa es uno de los mejores alimentos de origen vegetal para el consumo humano. Según la FAO, la quinoa posee la composición de proteínas y nutrientes más próxima a lo que sería el ideal en un ser humano.
Es además, una semilla de sabor muy agradable y suave que se utiliza igual que un cereal, aunque la planta pertenece a la familia botánica de la remolacha, las espinacas o las acelgas. Es muy versátil a la hora de cocinarla, pueden hacerse con ella multitud de deliciosos platos con una gran riqueza nutritiva.
Mantiene un equilibrio casi perfecto entre sus proteínas siendo una fuente excelente de aminoácidos, hidratos de carbono complejos (entre un 58 y un 68% de almidón y un 5% de azúcares) que se liberan de forma lenta y sus grasas son saludables.
Entre sus propiedades y elementos más destacados encontramos el aporte de fibra, lo cual favorece el tránsito intestinal.
* Fitoestrógenos que favorecen la conservación de la masa ósea.
* Al no contener gluten, resulta perfecta para los celiacos.
* Contiene todos los aminoácidos esenciales con alta disponibilidad de la lisina, un aminoácido que ayuda a sintetizar, junto a la vitamina C, la carnitina.
* Mejora la función inmunitaria.
* Favorece la producción de anticuerpos.
* Asegura la absorción y distribución del Calcio y en el desarrollo infantil, estimula el crecimiento.
Todo ello lo hace un alimento ideal para cualquier persona, especialmente indicado en el desarrollo del cerebro durante la infancia, recuperación de convalecientes y la alimentación de personas mayores.
Destaca por su riqueza en minerales como hierro, muy rico en calcio fácilmente asimilable por el organismo, fósforo, zinc y potasio. Y las vitaminas, C, E, F y B1 (tiamina), B2 (rivoflavina), B3 (niacina), B9 (ácido fólico).
La quinoa es pobre en grasas (de un 4% a un 9%) y la mitad de ella es ácido linoleico, que es un ácido graso esencial lo cual quiere decir, que el organismo no puede crearlo por sí mismo y tiene que ser adquirido a través de la dieta. Contiene un 16% del grano en proteínas y puede llegar a contener hasta el 23% (el doble que cualquier cereal) y es de muy fácil digestión.
Sobre el Autor
Adriana Ruiz Díaz.
Técnico en Dietética y Nutrición.
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