El mundo actual nos expone constantemente a numerosas tensiones, además de a dolencias y enfermedades producidas por el estilo de vida, la alimentación errónea, los humos constantes y la contaminación, y otra serie de factores que influyen de forma directa en nuestro bienestar y en que nuestras defensas no puedan protegernos como deberían.
Para evitar esto, existen una serie de hábitos que podemos modificar de cara a estar más fuertes y sanos, y a evitar muchas de las consecuencias del ritmo diario, la mayoría de ellos centrados en un cambio en la alimentación.
Comer de forma sana es sin duda la mejor forma de reforzar las defensas, así como dejar hábitos nocivos como el tabaco o el exceso de alcohol, pero no hay una comida que ayude a pasar el día con tanta energía como el desayuno, el momento de la jornada en el que deberíamos consumir los alimentos más propicios para ayudar al organismo a defenderse todo el día, además de a llegar a la noche con energía y no desinflarnos a mitad de cualquier actividad.
Reforzar el sistema inmunológico es más sencillo cuando evitamos caer en el exceso, como en el caso de la obesidad, o en la carencia, como sucede con la desnutrición en nuestra nutrición habitual, pero de forma especial en el desayuno.
Y es que si bien es cierto que durante la alimentación diaria resulta esencial ingerir una proporción adecuada de vegetales, frutas, proteínas e hidratos, un desayuno fuerte con los alimentos adecuados nos llenará de energía y preparará nuestro cuerpo para las tensiones de la actividad diaria.
De esta manera, es importante seguir unos consejos sencillos para saber a ciencia cierta cuál será la mejor manera para aumentar las defensas, no sólo recordando la importancia de desayunar siempre durante la primera hora después de despertarte, el momento en el que el organismo está más receptivo, sino también a través de los propios alimentos que ingerirás a primera hora del día.
• Lácteos fermentados y prebióticos. Los lácteos fermentados como el yogur favorecen el aumento de defensas en el cuerpo, y ayudan a mejorar la flora intestinal.
• Cereales integrales y frutos secos. Para reforzar las defensas del cuerpo nada mejor que ingerir cereales integrales y un puñado de frutos secos en el desayuno, ambos fuente directa de vitamina E, la cual aumenta la respuesta inmunológica frente a las infecciones que puedan aparecer.
• Vitamina C. Esta vitamina, una de las responsables directas de la mejora de la inmunidad en el organismo, actúa como una barrera contra infecciones, por lo que resulta esencial incluirla en el desayuno. La encontrarás en la mayoría de cítricos, como naranjas, kiwi, o piña, que pueden ser ingeridos en piezas o en zumo para acompañar al resto de alimentos.
• Té verde. A pesar de que esta infusión es un estimulante a causa de la teína, y no debe ser consumida por personas especialmente nerviosas, el té verde es uno de los mayores antioxidantes que existen, por lo que su consumo a primera hora, además de ser positivo para el organismo, favorece un impulso para empezar el día por una ínfima cantidad de calorías.
• Agua. Comenzar el día con un vaso de agua no sólo depurará tu organismo, sino que favorecerá su respuesta ante las adversidades y te ayudará a quemar grasas durante el día.
Fuente nutribiota.net
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