Dos veces al año, a las dos de la madrugada, en muchos países del hemisferio norte se adelanta o atrasa la hora oficial en sesenta minutos. El motivo no es otro que aprovechar las horas de luz solar y conseguir, de esta manera, un ahorro energético por reducirse la necesidad de iluminación artificial.

Solo son 60 minutos de menos este domingo. Sin embargo, el cuerpo de algunas personas puede notar notablemente este cambio, que puede dar lugar a alteraciones de sueño, en el estado de ánimo e incluso en los hábitos alimenticios.

También puede ocurrir que en los primeros días tras el cambiio horario las personas sientan más cansancio del habitual, estén irritables e, incluso, les cueste concentrarse.

Los expertos aseguran que, en la mayoría de personas sanas, los efectos suelen ser pocos pero «son parecidos a cuando hacemos un viaje en avión a otro país que tiene otro horario; realmente nuestro cuerpo sigue funcionando con el horario anterior, pero todo funciona con el nuevo horario».

El regulador está en el cerebro

Nuestro organismo tiene un regulador horario que está en el centro del cerebro, y que se regula mediante la luz solar y los estímulos del entorno; regula un ciclo diario que afecta a los niveles de las hormonas y actividades celulares por lo que, cuando cambia el ritmo de la luz de fuera o el ritmo de las tareas, puede desorientarse .

Desde el punto de vista de la salud, esta variación de la hora tiene un impacto «leve» en el organismo, aunque hay «una respuesta individual», ya que algunas personas la llevan muy bien y otras no ; el cambio horario puede implicar «ligeros» trastornos en el sueño, los hábitos alimenticios y el estado de ánimo, que pueden aumentar el cansancio, la irritabilidad o la falta de concentración, aunque estos problemas remiten en el plazo de tres o cuatro días .

¿Qué podemos hacer para adaptarnos más rápidamente a los cambios de hora?

Ejercicio físico suave

Puede ayudar a que nuestro reloj interno se ajuste más rápidamente, ya que aumenta la concentración de serotonina y de otros neurotransmisores del cerebro.

Mantener unos buenos hábitos de sueño

Este es un consejo que deberíamos intentar cumplir todo el año. Mantener unos horarios regulares a la hora de levantarse y acostarse va a hacer que el cambio de hora no nos afecte tanto.

Exponerse a la luz brillante

La luz brillante, especialmente la luz del sol, es la principal señal del ambiente para controlar nuestro reloj interno ya que suprime la secreción de melatonina, la hormona inductora del sueño.

Para poder aclimatarnos lo antes posible al cambio horario, es importante exponerse a la luz durante las horas de vigilia tanto como sea posible, y evitar la luz brillante cuando está oscuro en el exterior.

Modificar el horario de comidas

Evitar la cafeína y el alcohol

Melatonina

Bajas dosis de melatonina durante unos días puede ayudar a regular los ciclos de sueño-vigilia, sobre todo en las personas más sensibles.

Adaptarse al cambio horario desde unos días antes

Si comenzamos una semana antes del cambio horario a hacer pequeños cambios graduales y progresivos de 10 minutos cada día, será más fácil poder aclimatarnos al cambio de horario.

Cómo nos afectan los cambios de hora

Problemas de sueño

El cambio de hora tiene un efecto bastante negativo sobre el sueño. Las alteraciones del sueño hace que descansemos menos tiempo o peor, y es lo que nos puede hacer sentir más irritados y con mal humor.

Cambios en el estado de ánimo

Estar más irritados hace que tengamos un peor estado de ánimo y mal humor, e incluso algunas personas pueden sentirse depresivas y/o ansiosas.

Peor rendimiento intelectual y físico

La sensación de fatiga general hace que nos cueste más concentrarnos y hacer las cosas cotidianas.

Mercedes Martín Sánchez

Naturópata