mariposa“Un día un hombre encontró el capullo de una mariposa que estaba luchando para salir. Se sentó a observar mientras la mariposa intentaba salir por un pequeño hueco.

 Hora tras hora la mariposa luchaba, tratando de forzar su cuerpecito a través de ese hueco pero no pudo hacer nada. Pasaron otras horas en las que la mariposa no hacía ningún progreso.

Le pareció al hombre que la mariposa había llegado a un punto en que no podía hacer más, entonces decidió ayudarla. Con un par de tijeras abrió más el hueco en el capullo para dejar que la mariposa saliera.

Salió la mariposa enseguida pero con su cuerpecito todo hinchado y sus alas arrugadas.

El hombre seguía observando a la mariposa porque esperaba que en cualquier momento las alas se enderezarían para poder sostener el cuerpo que, en poco tiempo, se deshincharía; pero no sucedió, de hecho la mariposa pasó el resto de su corta vida arrastrándose en el suelo con un cuerpo hinchado y unas inútiles alas arrugadas.

Nunca pudo volar y rápidamente cayó presa de otros insectos.

El hombre, en su bien intencionada bondad y afán, no había entendido que el pequeño hueco en el capullo, el cual obligaba a la mariposa a luchar tanto, era la manera de la naturaleza de forzar a que el líquido del cuerpo de la mariposa pasara a sus alas para prepararse para el vuelo una vez liberada del capullo. “

PENTAX Image

Cuántas veces vemos a nuestros hijos saliendo de ese capullo, lenta y torpemente, y nos llenamos de ansiedad e intervenimos. Lo hacemos ya sea por la ansiedad del inmediatismo o porque pensamos que nuestros hijos son incapaces sin nosotros, lo hacemos por rescatarlos de sufrir, por que los amamos, pero en el acto les impedimos crecer y volar.

Este cuento nos invita a muchas reflexiones, a confiar en el proceso natural que nuestros hijos tienen, a confiar en la sabiduría del paso lento y torpe que vemos en el proceso del otro, a confiar en nosotros mismos como observadores y guías, a ver los obstáculos y retos como las maravillosas oportunidades de crecimiento que son y poderlos así vivir plenamente sin buscar la salida rápida.

¿Cuál es hoy el orificio en el capullo que atraviesa tu hijo?

¿Cuál es el proceso que el niño vive que te está demandando que no intervengas y que le tengas fe?