Una de las creencias más aceptadas es que un buen desayuno se consigue casi únicamente con un tazón lleno de alguno de esos cereales vistosos que vienen en caja de cartón, procesado por alguna de las dos o tres corporaciones que han monopolizado este mercado e influido tácita o abiertamente en la creación de dichos hábitos alimenticios y de consumo.
Sin embargo, a pesar de la publicidad y el aura de nutrición que esas marcas intentan imponer sobre sus productos, lo cierto es que difícilmente hay una peor manera de comenzar el día que sirviéndose una porción de esos cereales.
En los que están destinados a una dieta “saludable pero divertida”, por ejemplo, atractivos sobre todo por su sabor dulce, el contenido promedio de azúcar en 100 gramos de alguno de esos cerales es de 13 gramos, azúcares refinados asociados a padecimientos como la obesidad, la diabetes y otros no menos severos.
Ahora supongamos que en vez de los cereales azucarados se opta por otros como la variedad Corn Flakes, notablemente mucho menos dulce, sí, pero con una cantidad impresionante de almidón por cada 100 gramos, unos 76 gramos en cada una. El almidón tiene un alto índice glucémico, por lo cual eleva la glucosa en la sangre casi tan rápido como el azúcar, con los mismos efectos que en el caso anterior.
Entre ambos extremos, los cereales muy azucarados y los que supuestamente no lo son, se encuentran al menos dos productos que se promocionan como saludables, lo mejor para guardar la forma: el Special K y el All Bran, el primero enfocado a las mujeres jóvenes que aspiran al ideal de belleza dominado por medidas específicas y el otro distinguido por un alto contenido de fibra.
La sorpresa es que, al menos en lo que concierne al nivel de azúcar de cada uno con respecto a las otras opciones, la diferencia es nula: en 100 gramos de Special K hay 17 gramos de azúcar y 59 gramos de almidón) y en la misma cantidad de All Bran 22 gramos de azúcar y 45 gramos de almidón.
Así las cosas, sin duda lo mejor sería sustituir estos productos sumamente procesados que poco o nada tienen de saludable, por opciones mucho más naturales como la avena o la fruta para comenzar cada día de la mejor manera posible.
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