Aprender a tomar el Sol  con precaución.El sol es una incomparable fuente de beneficios naturales, indispensable para la salud y el resplandor cutáneo.

De hecho, ayuda en la formación de vitamina D, indispensable para la fijación del calcio  y aporta beneficios terapéuticos en diversas enfermedades como la Osteoporosis.

Algunos investigadores aseguran que la exposición al sol refuerza el sistema inmunitario, por lo que el organismo es más resistente a las infecciones.

La luz del sol resulta también imprescindible en la regulación de la secreción de hormonas y neurotransmisores.
También estimula el metabolismo y la circulación de la sangre.

Además las radiaciones solares pueden también tener un efecto óptimo sobre ciertas enfermedades de la piel como la psoriasis y el acné.

Sin embargo las radiaciones solares ultravioleta (UV) son cada vez más dañinas para la piel debido al deterioro de la capa de ozono;  no sólo afecta a la estética cutánea como manchas, arrugas, fotoenvejecimiento y sequedad de la piel, sino que además puede llegar a producir melanomas , fotoalergias, lesiones oculares, etc.  

El grado de estas radiaciones solares, el tipo de piel que las recibe y la protección utilizada son factores que influyen en que cada persona sufra distintos daños en la dermis.

Para conseguir los beneficios del sol y prevenir los efectos dañinos debemos protegernos adecuadamente.

La protección necesaria según el fototipo:

 

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A la hora de usar un fotoprotector elegiremos el apropiado para nuestro tipo de piel (fototipo) y lo aplicaremos 30 minutos antes sobre la piel seca.                                       
Repetir la aplicación siempre que sea necesario, cada 2 ó 3 horas.
 
Precauciones para tomar el sol:
 

fototipos21– La primera medida, en todo tipo de piel, debe ser el aplicarse como mínimo un factor 6 de protección solar.

– Tener en cuenta que el daño solar es acumulativo, es decir, el daño que estamos produciendo no se elimina con el paso del tiempo. por lo tanto, la prevención debe comenzar en la niñez y en la adolescencia. Aproximadamente el 80% del daño solar se produce en las personas antes de cumplir los 18 años de edad.

– Se debe evitar las horas de mayor incidencia solar, entre las 11 y las 16 horas.

– Desconfiar de la falsa protección ofrecida por un cielo cubierto o un tiempo ventoso.

– No exponerse jamás al sol, después de la aplicación de un producto perfumado ó cuando se toman ciertos medicamentos; puede provocar fotosensibilización, es decir una reacción de la piel frente a las radiaciones solares.

– Aplicar cada dos ó tres horas los productos solares de largo espectro UVB/UVA cuya finalidad no es la de aumentar el número total de horas de exposición ni la de promover un bronceado intenso, sino la de permitir una exposición solar razonable sin riesgos.

– Es conveniente que el bronceado sea progresivo, al principio exposiciones cortas y luego ir aumentando el tiempo .

Feliz verano con  sus precauciones.