¿Hiperactivos por culpa de los insecticidas?

¿Hiperactivos por culpa de los insecticidas? Un estudio asocia niveles normales de pesticidas con más riesgo de hiperactividad .

Probablemente haya oído alguna vez hablar de los riesgos neurotóxicos de los pesticidas.

De hecho, la exposición a organofosforados (una clase de insecticida) se ha asociado con efectos adversos sobre neurodesarrollo, tales como problemas de conducta y baja la función cognitiva.

Sobre la mesa acaban de ponerse ahora nuevas evidencias que constatan la relación entre exposiciones normales a los insecticidas organofosforados (cuyas trazas es frecuente encontrarlas en frutas y verduras) y un mayor riesgo de hiperactividad en los niños.

Se trata de una nueva investigación, publicada en ‘Pediatrics’, que ha sido llevada a cabo por Maryse Bouchardm, de la Universidad de Harvard (en Boston, Estados Unidos), y su equipo.

En ella han participado 1.139 menores, de entre ocho y 15 años, pertenecientes al Estudio Nacional de Nutrición y Salud. Ninguno de ellos había requerido su ingreso en cuidados intensivos neonatales en su nacimiento «dado que se trata de uno de los mayores factores de riesgo de problemas del desarrollo», aclaran los investigadores.

Todos ellos fueron sometidos a pruebas diagnósticas para determinar la posible presencia o no de Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), además de un análisis de orina para detectar la presencia y concentración de metabolitos de organofosforados.

Los datos constatan que un total de 190 de los participantes cumplían los criterios necesarios para el diagnóstico de TDAH. «Los resultados muestran que aquéllos con niveles más altos de metabolitos de organofosforados en orina eran los que con mayor frecuencia recibieron el dictamen de hiperactividad», aclaran los autores en su ensayo.

Inmaculada Escamilla, psiquiatra infantil de la Clínica Universitaria de Navarra en Madrid, aclara que «en la etiología del TDAH se han implicado factores tóxicos como la exposición prenatal al plomo.

De hecho, en estos casos la probabilidad de padecer la enfermedad se multiplica hasta cuatro veces. Otros factores tóxicos externos estudiados o incluso nutricionales carecen todavía de suficiente evidencia científica para ser valorados como factores de riesgos».

Para esta especialista, el diseño transversal de este estudio aún no permite «definir la relación causal entre la exposición a los organofosforados y el TDAH, ya que deberían tenerse en cuenta otros factores previos que pueden afectar a estos resultados. Por ejemplo, en estos casos, es fundamental valorar también los factores metabólicos que interfieren en la eliminación en orina de los metabolitos medidos.»

Pese a ello, los autores de la investigación recuerdan «que la exposición a algunos de estos compuestos se ha relacionado con hiperactividad y déficits cognitivos en estudios con animales… Nuestros hallazgos apoyan la hipótesis de que la exposición a niveles normales de pesticidas contribuyen a la hiperactividad en menores.

Fuente El Mundo