Sea blanca o negra, e independientemente de la variedad, la uva es un estupendo alimento cargadito de vitaminas como la B1, B2, B6, B12, C, B3, A, D, E y ácido fólico.

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Son también ricas en hidratos de carbono y azúcares (de hecho no es muy recomendable para los diabéticos por su gran cantidad de azúcar). Son energéticas, con un aporte de unas 66 calorías a los 100 gramos.

Además también contienen un montón de minerales como el fósforo, el hierro, el calcio, el magnesio, el cobre, el manganeso y también el potasio en la uva negra, y es rica en antioxidantes.

Por todo esto incorporar las uvas a nuestra dieta diaria nos trae un montón de beneficios. Destacamos aquí algunos.

-Efecto diurético. La piel de la uva contiene un montón de elementos que hacen que esta vaya genial para el tránsito intestinal y el estreñimiento. Además su alto contenido en potasio favorece la secreción de orina, por lo que está recomendada para personas con problemas de riñón.

-Anti-edad. Las uvas contienen resveratrol, un elemento que ayuda a ralentizar el envejecimiento de nuestro organismo.

-Contra el cáncer. Los antioxidantes que contienen refuerzan nuestras defensas y el sistema inmunitario y los flavonoides en concreto son aliados contra el cáncer y además evitan la arterioesclerosis.

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-Mejoran la circulación. Está demostrado que contribuye a atenuar las varices y disminuye el riesgo de la aparición de las hemorroides, además de bajar la tensión arterial.

-Energética. La uva contiene elevadas cantidades de glucosa y de hidratos de carbono, por lo que es estupenda para las dietas de deportistas y los niños en edad de crecimiento. Precisamente por este mismo motivo no se recomienda para las personas con diabetes.

-Purificadora. Gracias especialmente a la vitamina B, que interviene en el metabolismo tanto de las grasas como de los hidratos de carbono, la uva nos ayuda a limpiar y desintoxicar. También contribuye a ello el potasio.

Fuente knowi.es