“Cada lugar tiene sus colores, sus perfumes, sus vibraciones,
y el lugar que se ve nacer deja una huella en nuestra vida.” Edward Bach

Un tal día como hoy 27 de noviembre pero de 1936, fallecía Edward Bach , Licenciado en Ciencias. Médico cirujano,Inmunólogo , bacteriólogo, patólogo y homeópata inglés .

Llegó a tener gran renombre como bacteriólogo, por haber desarrollado vacunas para la toxemia intestinal , descubrió que ciertos gérmenes intestinales se hallaban en mayor cantidad en casos de enfermedad crónica.

Él fue el pionero en una nueva forma de entender la vida y la enfermedad.

Desde muy temprana edad, el Dr. Bach fue consciente de que la personalidad de la gente y la actitud tienen un efecto sobre su estado de salud. Como estudiante de Medicina , se interesó en los pacientes como personas más que como casos y llegó a la conclusión de que, como la enfermedad, la personalidad es más importante que los síntomas y se debe tomarse en cuenta en el tratamiento médico.

El entendió que las enfermedades físicas, en la mayoría de las veces, se originaban en desequilibrios emocionales y por lo tanto era el primer estadio de la enfermedad. Entendió que si se dirigían los esfuerzos para mantener una vida saludable a nivel emocional, la enfermedad podía dominarse mas fácilmente.

Cada persona tiene su historia, emociones, sensaciones, sueños y necesidades que no se pueden ignorar.

Siguiendo sus certezas interiores poco a poco fue descubriendo como aliarse con la naturaleza.

A los 43 años, cuando sus vacunas habían sido utilizadas con éxito, cuando tenía todo lo que podía desear un médico, honores, reconocimiento y dinero, abandonó todo para continuar con la búsqueda de sus remedios naturales en los bosques y praderas de Gales.

 Quemó sus fichas y escritos, regaló otros, vendió su laboratorio y emprendió una vida nueva. Su ser renació con el pleno contacto con la naturaleza y con la posibilidad de una vida más simple.
Durante sus largos paseos inmerso en la naturaleza, Bach llegó a recoger e identificar los dos  primeros remedios: Mimulus e Impatiens.

Para elegir sus pacientes se dejó guiar por su intuición, buscando la semejanza entre la planta y el perfil psicológico del paciente ; así Mimulus, una flor que aparece frágil, fue subministrada a pacientes que mostraban timidez, pequeños miedos.  Impatiens, la flor «impulsiva», que lanza lejos de sí sus propias semillas, fue subministrada a pacientes más nerviosos y apurados.

Los resultados fueron inmediatamente satisfactorios. El camino estaba trazado.

El período sucesivo, y hasta 1932, lo vio pasar horas y horas en estado de contemplación de las plantas , con la intención de «entender» a las flores, estudiando sus aspectos y características. Llegó así a la identificación de las primeras doce esencias florales.

Edward Bach decidió entonces profundizar los conocimientos del alma humana, buscando las miles sutilezas posibles que hacen de cada hombre un ser diferente de todos los demàs.

 Las emociones negativas fundamentales habían sido identificadas, el miedo, el terror, el pánico, la actitud mental que lleva a torturarse, a rumiar los pensamientos, la indecisión, la indiferencia y el aburrimiento que llevan a no amar más la vida, la intromisión, la debilidad y la poca estima por sí mismo y por las propias capacidades, la impaciencia, la soledad, el entusiasmo devastador…

Cada uno de estos sentimientos debía ser ulteriormente analizado. El miedo, por ejemplo, podía concentrarse sobre algo preciso como la muerte o la enfermedad, pero también hacerlo en forma vaga, indeterminada.

Había mucho camino por recorrer…

Bach recomenzó su investigación y la concluyó en 1935, con la identificación de 38 remedios que  hoy forman la estructura de su método de cura. Al mismo tiempo se ocupó de divulgar lo que había descubierto.

Unas semanas antes de partir de este mundo afirmó a sus colaboradores: «Mi tarea esta cumplida.Mi misión en este mundo ha finalizado».
El Dr Bach falleció pacíficamente a los 50 años la tarde del 27 de Noviembre de1936, dejando como legado un sistema de medicina que cada día gana mas adeptos por su efectividad e inocuidad.
Dejó su trabajo en manos de sus amigos y colegas Nora Weeks, Victor Bullen y Mary Tabor, con instrucciones de mantenerse fiel a la sencillez esencial de lo que había hecho.

En una carta a Victor, fechada 26 de Octubre de 1936, un mes antes de su fallecimiento, escribió:

La gente como nosotros que ha saboreado la gloria del sacrificio, la gloria de ayudar a nuestros hermanos, una vez que se nos ha dado una joya de tal magnitud, nada puede apartarnos de nuestro camino de amor y de deber para mostrar al mundo su brillo puro y sin adornos.

«La Salud depende de estar en armonía con nuestras almas.»
Dr. Edward Bach

Mercedes Martín Sánchez

Naturópata