FOTO2243El 69% de los españoles considera que las monedas y los billetes son una fuente de gérmenes y bacterias, según un estudio de MasterCard y la Universidad de Oxford que pone de manifiesto que los billetes europeos contenían en 2013 una media de 26.000 bacterias que podían ser potencialmente perjudiciales para la salud.

Según el informe, elaborado tras encuestar a más de 9.000 consumidores de 12 países, los europeos son más proclives a lavarse las manos tras hacer otras actividades como tocar un animal (46%) o viajar en transporte público (36%).

 Frente al 69% de los españoles que entiende que las monedas y los billetes contienen gérmenes, tan solo el 17% de ellos siempre se lava las manos tras manejar dinero efectivo, lo que supone una brecha de un 52% entre ser consciente de que billetes y monedas están sucios y hacer algo al respecto.

Esta es la tercera mayor diferencia registrada en los países encuestados y, solo entre húngaros y franceses se observa una mayor brecha entre la creencia de que el efectivo es antihigiénico y la probabilidad de lavarse las manos tras utilizarlo.

Reticencia a abandonar el efectivo

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Sobre la reticencia a romper con el hábito de pagar con efectivo, la psicóloga Donna Dawson ha señalado que el dinero, en forma de billetes y monedas, es el modo más visible que se tiene de mostrar el poder económico y el éxito individual.

«Por ello es tan difícil que la gente haga asociaciones negativas al efectivo», ha añadido. El 40% de los encuestados reconocía que no podía saber quién había utilizado el efectivo antes que ellos y la consecuencia es que la mayoría trata de no pensar en ello, ya que no lo puede controlar, por lo que un 38% afirmaba que nunca piensa en esa posibilidad, señala Dawson.

Por su parte, el director de Mastercard en España, Ovidio Egido, ha destacado que lo que resulta más evidente según los resultados del estudio de este año es que, a pesar de estar al tanto de los peligros higiénicos del efectivo, los españoles aún luchan por romper con la costumbre de utilizarlo.

 «Usar sistemas de pago electrónicos o pagos sin contacto a través de tarjetas o dispositivos propios representa una forma de eliminar el contacto con algunas de las bacterias y gérmenes que sabemos que se transmiten a través de billetes y monedas», ha indicado.

Fuente abc.es