MacrobioticaFilosofía de la macrobiótica

La Macrobiótica no solamente es una dieta sino que engloba mucho más. Es una filosofía de vida, nos aporta una visión enfocada a alcanzar nuestra armonía, nuestro equilibrio físico y emocional. Se adapta a cada uno de nosotros y además va cambiando según el propio momento en el que nos encontremos. Logramos unir así el cuerpo con la mente, puesto que a través de cada alimento movemos una emoción y con esta emoción creamos una energía que dirige nuestro organismo hacia el bienestar y la curación.

La Macrobiótica la creamos nosotros mismos, la moldeamos a nuestras necesidades personales, a nuestras vivencias y nuestra psicología. Respetando en todo caso la palabra individualidad, pues ella nos ofrece el abanico de colores y después somos nosotros los grandes maestros que crean la pintura definitiva. Sabiendo en todo momento que el paso del tiempo va modificando el dibujo creado, de acuerdo a las distintas experiencias que vamos recorriendo y a las transformaciones que acontecen día a día en nuestro propio interior.

La naturaleza es un constante cambio y nosotros nos movemos dentro de ella. La felicidad depende del buen manejo de nuestras herramientas para lograr alcanzar la adaptación a dicho movimiento natural. La perfección absoluta podríamos decir que no existe, pues sólo dura unos segundos y vuelve a perderse. Por ello nosotros nos vamos moviendo en busca de esta línea media que viene a significar nuestra paz interior.

Mediante la Macrobiótica podemos llegar a sentir como el color de los alimentos tiene una influencia sobre los diferentes puntos del cuerpo. Así como cada una de las distintas maneras de cocinar una comida o de cortar una verdura tienen un efecto concreto según la forma de elaboración escogida. Por ello distinguimos entre alimentos o cocciones más yin y otros de naturaleza más yang.

Las yin producirían en nosotros una expansión, nos alzan a lo alto, nos vuelven ligeros, nos hidratan… pero a la vez nos hacen más sensibles, más idílicos, soñadores, nos humedecen, nos oscurecen y nos enfrían. En cambio los yang provocarían una contracción, nos obligan a tocar tierra, a ser más fuertes, a ver la realidad, nos protegen del dolor, nos dan calor y claridad,… pero nos secan por dentro, nos vuelven materialistas y ásperos, nos hacen sentir pesados, nos empequeñecen y enlentecen. Por ello lo ideal es encontrar el equilibrio de ambos e intentar no pecar de ninguno de los dos extremos, ya que en cualquiera de los dos lados opuestos estaríamos caminando hacia la enfermedad y a su vez hacia las emociones más negativas, la pérdida de energía, la tristeza, la falta de claridad mental…

Los fundamentos básicos en los que se apoya la Macrobiótica son los siguientes:

  • Es necesario cocinar en un ambiente tranquilo, concentrados únicamente en aquellos que estamos haciendo, ya que nuestra energía es transmitida a la comida que después nosotros y nuestros seres queridos comeremos.
  • Todos los alimentos han de ser integrales y en preferencia ecológicos.
  • Cada comida principal ha de incluir una amplia variedad de verduras de diferentes colores, estilos de cocción y cortes específicos.
  • Los cereales son en todo caso la base de la dieta. Sin existir harinas refinadas, ni pan o bollería industrial.
  • El segundo gran pilar son las legumbres, ya que constituirán la proteína principal en mezcla con los anteriores.
  • Los frutos secos y semillas se toman tostados con un poco sal y a veces molidos como es el caso del gomashio, uno de los productos estrella para cuya elaboración usaremos preferiblemente un molinillo del tipo suribachi.
  • Se le da una gran importancia a las algas, usadas en pequeña cantidad a modo de condimento o en sopas y guisos.
  • La fruta suele ir la mayoría de las veces cocinada y sólo se escogen las que son de naturaleza más caliente como la manzana. Se descartan todas las de origen tropical.
  • Los pickles y fermentados en pequeñas dosis constituyen la fuente de vitamina B12 natural, ya que en la dieta no existen alimentos del mundo animal, salvo excepciones my concretas. Preferiblemente estas elaboraciones se hacen a mano de forma casera, ya que los comprados vienen pasteurizados y por tanto pierden casi todas las vitaminas del grupo B.
  • Se usa una cantidad mínima de sal por comida, ya que es considerada una gran fuente de minerales. Pero siempre que sea originaria del Himalaya, marina o similares, nunca refinada.
  • El aceite de elección es el de sésamo y en segundo lugar el de oliva para personas no enfermas, usados siempre con moderación y en ningún caso en crudo sino para cocinar platos calientes.

Por el contrario evitaremos los siguientes vicios:

  • Alimentos envasados o que incluyan conservantes y otros aditivos.
  • Todo tipo de lácteos, incluyendo quesos y yogures de leche.
  • Carnes rojas y de cerdo, así como pollo y otras aves. Dentro del mundo animal la opción menos negativa sería el pescado, pero mejor el blanco y sólo en personas que disfruten de muy buena salud. Ocurre lo mismo con los huevos, consumidos de forma esporádica por personas con una salud fuerte o bien niños.
  • Se prohíbe el azúcar refinado, como alternativa disponemos del sirope de arroz o de cebada y otras maltas.
  • Se evita todo tipo de estimulantes como son el café y el té negro. Por ello se elige el té bancha que incluso se usa para acompañar las comidas ya que se excluye beber agua, sólo usada en verano con mucho calor y nunca del frigorífico.

Abanico de alimentos disponibles

Cereales: arroz integral, mijo, cebada, trigo sarraceno, quinoa, amaranto. Esporádicamente cuscús, bulgur y pasta integral; ya que se acercan más a la constitución de las harinas y sólo se eligen cuando disponemos de poco tiempo. Como derivado del trigo o de la espelta tenemos también el seitán.

Legumbres: lentejas, garbanzos, judías azuki.

Semillas: sésamo (una de las principales), pipas de calabaza o de girasol, lino dorado, amapola, chía.

Frutos secos: evitando los de origen tropical.

Pirámide alimentaria de la Macrobiótica

Ocasional u opcional

Carne | Lácteos y huevos | Pescado

Semanal

Dulces | Fruta y frutos secos | Aceites de alta calidad

Diario

Condimentos en pequeña cantidad | Legumbres | Verdura | Cereales integrales

Prototipo final de plato diario

50 – 60% cereal integral

20 – 30% verdura

5 – 10% legumbre

5% sopa, algas y otros condimentos

Alimentos de más yin a más yang

Extremo yin a evitar: Azúcar > bebidas estimulantes > lácteos > frutas y verduras tropicales.

Siropes de cereales > frutas locales > frutos secos tropicales > frutos secos locales > semillas > verduras de temporada y locales > derivados de la soja > seitán > legumbres > cereales > algas > pescado.

Extremo yang a evitar: Aves > mariscos > carne roja > quesos > huevos > sal.

Estilos de cocción de más yin a más yang

Crudo > germinado > prensado > macerado > fermentado corto > escaldado > vapor > salteado al wok > plancha > hervido > guisado > cocido a presión > frito > horno.

Ejemplo de menú:

  1. Estofado de verduras cortadas en trozos grandes y doradas primeramente en un poco de agua con sal, después cocinadas durante 40 minutos a fuego medio. Añadir por encima un salteado de arame con cebolla y sésamo tostado.

  2. Quinoa cocida con coliflor en agua con sal durante 15 minutos hasta que se consuma el agua. Y judías azuki cocidas a presión durante 30 minutos con calabaza y cebolla. Servir con un poco de natto japonés.

  3. Acompañar de un escaldado de hojas verdes gruesas de col rizada y un prensado de repollo con una pequeña cantidad de teka.

  4. Para beber té bancha con unas gotas de tamari y un poco de sopa de miso con pasta de umeboshi diluída.

Son por tanto unas pequeñas nociones sobre las bases de esta dieta que finalmente nos intenta enseñar a detenernos ante nosotros mismos, encontrarnos cara a cara y mostrarnos nuestro yo más profundo, muchas veces olvidado fruto de la velocidad del paso del tiempo en el que vivimos.

Descubrimos así como cada sabor en boca llega más allá del paladar, es capaz de romper sensaciones, vibrar dentro de nosotros y renovar nuestra energía interna vibrando entonces en nuestra esencia la palabra salud, la palabra alegría. Siendo conscientes de como simplemente mediante una correcta nutrición podemos llegar a curarnos a nosotros mismos, sentirnos con fuerza de verdad y descubriendo todo un mundo de nuevas emociones. Es este el verdadero significado de la palabra “Macrobiótica”, que quiere decir “Más que Vida”.

 

Belén García López

Naturópata y Experta en macrobiótica