La tradición napolitana del “Café Sospeso” llega a España. Ya son unos 200 establecimientos que forman parte de la iniciativa solidaria de “El Café Pendiente”.Así, de forma anónima, cualquiera puede dejar un café pagado para que sea servido a alguna persona que no puede permitírselo y que necesite disfrutar de un rato agradable.

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Para entender la iniciativa hay que remontarse al Nápoles del siglo XVII, al barrio obrero de Sanita donde anidaba la pobreza sin consideración, cuando alguien estaba feliz después de que algo bueno hubiese pasado, en lugar de pagar un café, pagaba dos, el suyo y el del siguiente, dejando sobre la mesa el dinero para el próximo cliente.

cafeAsí llegaba un indigente, un vagabundo o una persona simplemente con necesidades y tenía algo caliente que llevarse al estómago, era como la compra de un café a la humanidad.

Y esta iniciativa consiste en, sencillamente, esa seña: llegar, tomar algo y no pagar solo tu consumición, sino dejar «pendiente» abonada la del necesitado venidero que no podría permitírselo. Es una cadena de consumiciones de café.

La clave de esta iniciativa es, obviamente, la solidaridad, pero también es un sistema fundamentado en la confianza. Lo ideal además es que los bares y cafeterías que quieran sumarse al programa se adhieran a la red articulada a través de la web cafés pendientes.es , que luzcan el correspondiente sello y que tengan en un lugar a la vista el número de consumiciones que tienen pendientes.

Aquel primer napolitano que en el siglo XVII decidió dejar un café pagado para que otro ciudadano pudiera disfrutarlo jamás se imaginó que cientos de años más tarde su idea se convertiría en toda una red solidaria que llegaría a Europa y Sudamérica. Hoy incluso se puede participar sin desplazarse al bar ,  puesto que ya existen hasta los cafés pendientes on line.

Nuevos tiempos, nuevos solidaridad.