Bebidas energéticas: una «bomba» en forma de ansiedad y patologias cardiacas

Bebidas energéticas: una «bomba» en forma de ansiedad y patologias cardiacas

Se anuncian como la mejor arma para revitalizar y dar energía y su empleo crece en épocas de exámenes. Sin embargo, una lata posee más del doble de cafeína que un café y si se mezclan con alcohol pueden dar lugar a temblores y arritmias .

Sus etiquetas indican que revitalizan cuerpo y mente y que tienen potentes efectos estimulantes pero, cuidado, los expertos no las consideran tan inofensivas como aseguran sus fabricantes.

Miguel Ángel Rubio, secretario de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), advierte de que «las bebidas energéticas contienen mayor cantidad calórica y de cafeína que un refresco de cola de referencia. Realmente no están diseñadas para mejorar ni el rendimiento intelectual ni el físico.

Al menos, no hay constatación científica del mismo. Simplemente representan una mayor concentración de cafeína (que es su principal ingrediente), que podría alcanzarse igualmente tomando más cantidad de refrescos de cola (con o sin azúcar) o café».

Tomar este tipo de productos sin ningún control puede resultar muy peligroso para la salud. Hay que tener en cuenta que estas bebidas contienen ciertos componentes como hidratos de carbono, proteínas y cafeína que, en un momento determinado, pueden resultar perjudiciales si el cuerpo registra una sobredosis.

Sin embargo, la cafeína no constituye el único motivo de preocupación. Otras sustancias como el ginseng, la taurina, la efedrina o el guaraná pueden suponer una auténtica bomba para el organismo.

Diversos efectos

Para Patricia López Legarrea, del departamento de Ciencias de la Alimentación, Fisiología y Toxicología de la Universidad de Navarra, «lo que más distingue a estas bebidas es su contenido en cafeína que estimula el sistema nervioso central y puede aumentar el rendimiento muscular y la utilización de los ácidos grasos como fuente de energía e induce al consumidor a experimentar una sensación de bienestar y de alerta.

Por su parte, la taurina es un aminoácido esencial que participa en el metabolismo de las grasas y que se halla en el organismo en una cantidad insuficiente.

En cuanto al guaraná es una planta que crece en Venezuela y Brasil y su componente químico es idéntico a la cafeína». Por su parte, Emma Ruiz Moreno, directora de proyectos de la Fundación Española de la Nutrición (FEN), afirma que, en la actualidad, «algunos de sus ingredientes como taurina, glucuronolactona e inositol no están muy estudiados y todavía se está evaluando su posible efecto sobre el rendimiento intelectual».

Alteraciones psiquiátricas

No hay que olvidar que una lata de unos 250 mililitros aporta, según Rubio, «el doble que un café normal y hasta 2,5 veces la cantidad similar de un refresco de cola. Por tanto, cuando se toman entre 2 o 3 latas, los efectos de la cafeína pueden exacerbarse y aparecer irritabilidad, falta de concentración, cambios de humor, agresividad, ansiedad, crisis de pánico e incluso, en casos susceptibles, episodios de psicosis».

Si se consumen estas bebidas no aparecerán los signos propios de embriaguez, por lo que, aunque el metabolismo no pueda asumir el exceso de alcohol, el cerebro no se dará por aludido.
El consumidor no es tan consciente de su progresiva intoxicación etílica y sigue bebiendo.

 La ingesta prolongada en el tiempo de esta mezcla puede provocar patologías severas como cirrosis, hígado graso, hepatitis o tumores, ya que se ingieren habitualmente cantidades de alcohol mucho mayores que las que su organismo puede tolerar en condiciones normales, además, de diarreas, temblores, arritmias o irritabilidad», advierte López.

Asimismo, «dado que tanto la cafeína cómo el etanol actúan como poderosos diuréticos, pueden contribuir a la deshidratación del organismo», añade la experta.

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