Beber agua , beneficia además de la salud , al estado de ánimo

Beber agua , beneficia además de la salud , al estado de ánimo

Por el contrario, la ingesta de bebidas azucaradas incrementa el riesgo de padecer enfermedades crónicas.

No es lo mismo tomar cualquier líquido. Porque si bien se produce la hidratación, también estamos agregando otros productos químicos que tienen diferentes efectos en el cuerpo.

Por ejemplo, si nos hidratamos con cerveza vamos a sufrir los efectos del alcohol en el sistema nervioso central; si nos hidratamos con gaseosas vamos a estar ingiriendo una gran cantidad de azúcar en el caso de las que no son dietéticas, o si es una bebida cola estaremos incorporando mucha cafeína (alrededor de 11 mg por 100 ml de bebida).

Entre los principales padecimientos asociados a la ingesta de bebidas azucaradas, se encuentran: infecciones bucales, cálculos renales, espasmos o contracciones musculares, irritación de la piel y mucosas, osteoporosis y anemia.

La ausencia del consumo de agua se asocia con diversos padecimientos, tales como; dolor de cabeza, fatiga, cambios de humor, calambres, dolores musculares, adormecimiento de extremidades, alteraciones de la vista, dificultades para tragar y deshidratación, malestares que se acentúan con el incremento de la temperatura ambiental, presente en esta época del año.

El consumo de agua trae consigo múltiples beneficios: hidrata el organismo, permite el procesamiento de absorción en el cuerpo, participa en todas las relaciones bioquímicas necesarias para la vida, ayuda al organismo a mantener un equilibrio interno, contribuye a la excreción constante de desechos y ayuda a que la fibra dietética realice funciones fisiológicas de vital impacto en el estado de salud.

¿Cuánta agua debemos beber?

Cada uno tiene una cantidad limite de ingesta de agua. Pero quien tiene la última palabra sobre esto es nuestro hipotálamo. El hipotalamo es una región en la base del cerebro,que regula funciones tales como: el hambre, el sueño, la actividad sexual y la sed.

Cada día eliminamos líquidos y electrolitos a través de la transpiración, la orina y la respiración. Así que nuestro organismo necesita reponer a diario el mismo volumen perdido a través de los alimentos y de la ingesta de agua.

Según unos estudios médicos el consumo medio recomendado es de 40/50 ml por kilogramo al día para un adulto y en los niños es de 20 ml. Aunque cada cuerpo es diferente y nuestro hipotalamo nos dira esa cantidad. De hecho, si realizamos una actividad física o trabajamos es sitios donde la perdida de líquidos es alta, nuestra ingesta de agua deberá ser mayor que si nuestra vida es sedentaria.

Un adulto sedentario necesita unos dos litros y medio de agua al día, que obtiene de tres fuentes: del líquido que ingiere (alrededor de 1200 ml), de los alimentos que consume (aproximadamente 1000 ml), y del que produce dentro del organismo como consecuencia del metabolismo, que equivale a cerca de 350 mililitros.

En cualquier caso si no sabemos si lo hacemos bien o mal, un gran test te lo da el color de la orina. Si esta es casi blanca, es que hay un exceso de agua y los riñones están trabando demasiado. Si es demasiado oscura, no estamos bebiendo el agua necesaria y los riñones necesitan que bebas más líquido.

¿Qué nos puede pasar si bebemos demasiada agua?

Nuestros riñones están preparados para filtrar una cantidad de agua. Si les enviamos un exceso de líquido su funcionamiento se altera, y esto provoca una bajada de sodio, potasio y cloro, tres de los componentes básicos asociados a la actividad muscular. Si su presencia en el organismo disminuye, los impulsos nerviosos bajan.

El consumo elevado de agua, no sirve ni para adelgazar, ni mejora la salud del individuo. De hecho beber agua en exceso puede ocasionar problemas en el cerebro, en los riñones y en el corazón, incluso llevado al extremo, puede llegar a causar la muerte.

La potomanía es el nombre que recibe este trastorno, y que impulsa a las personas que lo padecen a beber agua de forma constante, y en grandes cantidades sin tener sed.

Así los médicos alertan a aquellas personas que beban más de 6 litros de agua al día de forma habitual, pueden padecer trastornos a medio y largo plazo en su organismo, tales como: el envejecimiento prematuro de sus riñones debido al exceso de trabajo; calambres debido a la rápida disolución e incorporación al plasma sanguíneo de minerales tan importantes para el organismo como el potasio o el sodio; mareos, vómitos, etc