Para beneficiarnos de las propiedades tanto del ajo como de la cebolla es importante que los consumamos crudos. Hay varios estudios que respaldan su capacidad para prevenir algunos tipos de cáncer .

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Tanto los ajos como las cebollas pertenecen a ese tipo de plantas bulbosas de la clase Allium que se caracterizan, sobre todo, por su contenido en azufre.

Son un condimento básico y esencial en la cocina de todo el mundo. Tanto que podríamos decir que son casi el ADN de nuestros platos.

Ahora bien, ¿sabías además que sus compuestos esenciales pueden actuar de un modo muy interesante para protegernos frente a distintos tipos de procesos tumorales?

Ajos y cebollas, protectores de nuestra salud

Se han llevado a cabo diversos estudios con el fin de descubrir si los ajos y las cebollas disponen de algún tipo de beneficio directo con el cual poder prevenir el cáncer.

Cabe decir que los resultados son diversos y que debemos tener en cuenta los siguientes aspectos:

El Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos nos indica que estos dos vegetales bulbosos no pueden evitar al 100% que desarrollemos un cáncer.

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Reconoce, además, que el ajo es un alimento que podría tener propiedades anticancerígenas muy interesantes y que está siendo estudiado desde hace varios años por la industria farmacéutica.

Los estudios realizados a nivel mundial han sido muy diversos y, a día de hoy, se desconoce qué cantidades serían las adecuadas para beneficiarnos de esos principios activos que pueden ayudarnos a prevenir, dentro de unos márgenes, la incidencia de un cáncer.

Según diversas investigaciones, los tipos de cáncer que más han ayudado a prevenir son los asociados con el sistema digestivo, como el cáncer de estómago o el colorrectal.

1. Los compuestos medicinales de ajos y cebollas

Estos dos vegetales bulbosos son ricos en compuestos fenólicos, flavonoides, y fitoquímicos muy interesantes como, por ejemplo, el azufre.

Las propiedades anticancerígenas del ajo son más altas que las de la cebolla. Esto se debe en especial a la arginina, a sus oligosacáridos y al selenio, elementos muy beneficiosos para la salud.

Los oncólogos nos indican que, a pesar de que los estudios epidemiológicos han sido muy diversos, la única conclusión objetiva que se ha podido obtener es que los ajos y cebollas pueden prevenir (no sanar) muchas enfermedades asociadas con el tracto gastrointestinal.

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La quercetina presente en estos dos vegetales es uno de sus compuestos más interesantes. Se trata del bioflavonoide más poderoso para hacer frente a la aparición de células cancerosas.

A día de hoy se están realizando muchos experimentos clínicos para aislar este tipo de bioflavonoide y sintetizar medicamentos experimentales.

Los expertos nos indican que los ajos y cebollas son adecuados para actuar como protectores frente al cáncer, pero hemos de tener en cuenta también los estilos de vida de cada persona, sus características sociodemográficas y personales para poder evaluar su beneficio con más objetividad y seguridad.

No obstante, una dieta rica en bioflavonoides siempre será adecuada para cualquiera, pero debemos acompañarla con unos hábitos de vida saludables, donde se deje a un lado el tabaco y nos alimentemos de forma correcta.

El poder del azufre

El mecanismo de acción más interesante de los ajos y cebollas es, sobre todo, el azufre.

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Este mineral evita la formación de compuestos potencialmente carcinógenos, como pueden ser las nitrosaminas y las aminas heterocíclicas.

También hemos de recordar que estos dos vegetales son conocidos por su poder antimicrobiano, de forma que controlan las inflamaciones, las infecciones y, en consecuencia, pueden retrasar –no evitar al 100%– una posible aparición o progresión tumoral.

Cómo beneficiarnos de los ajos y la cebollas

¿Qué tipo de cebolla es la más adecuada y cómo debo consumirla?

La cebolla morada es el alimento que contiene más quercetina, el bioflavonoide antes citado que puede ayudarnos a prevenir distintos tipos de cáncer, en especial los asociados con el aparato digestivo.

Lo mejor es comerla en forma cruda, en pequeñas cantidades y acompañada por otros vegetales crudos, como por ejemplo, en ensalada con tomates, espinacas o pimientos rojos.

¿Cómo debo consumir los ajos?

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 Es muy adecuado tomar un diente de ajo crudo en ayunas acompañado por un vaso de agua. Es mucho mejor que una vitamina, y los resultados a largo plazo se notan.

Como curiosidad ,  para preservar sus propiedades cuando debas cocinarlo, es aconsejable partirlo o aplastarlo un poquito previamente, y dejarlo 5 minutos en reposo.

De esa forma salen al exterior la aliína y la quercetina para combinarse de forma más efectiva con la comida durante la cocción, aunque durante este proceso siempre perderemos muchos de sus beneficios.

¿Qué hacer si no digerimos bien el ajo y la cebolla?

Un hecho que debes tener en cuenta es que no todo el mundo puede comer ese ajo en ayunas o acompañar sus ensaladas con cebolla cruda. ¿Qué podemos hacer entonces?

Trocea la cebolla y déjala una hora en agua tibia, no caliente. De ese modo se irán las sustancias sulfúricas más irritantes.

En el caso del ajo, si los cocinamos perdemos en gran parte sus enzimas medicinales. Para beneficiarte de él es importante que lo comas crudo, así que intenta al menos consumir, al menos medio ajo crudo cada mañana.

Fuente mejorconsalud.com